Estas sentado en una cómoda silla en compañía de una taza de café perfecta. Esa gran dicha que inunda tu cuerpo y te hace sonreír es el resultado de una ecuación que tal vez, hasta el día de hoy desconoces. En esta entrada de nuestro blog de Café Primitivo te revelaremos el secreto. Sigue leyendo y descubre las variables que posibilitan esa pequeña felicidad que tanto disfrutas.
Es simple. La taza de café perfecta se esconde en M4. Te estarás preguntando qué significa. M4 es la combinación de las Manos del barista, la Máquina de expresos, El Molino y la Materia prima (los granos de café). Si alguna de estas variables falla, tu taza de café no será perfecta.
Puedes tener el mejor café, los mejores molinos, la mejor máquina del mercado y aun así obtener el peor café de tu vida. Esto se debe a que las manos en relación con todas estas herramientas no son las adecuadas. Es imposible pedirle a un músico que construya un rascacielos. Simplemente no sabe cómo hacerlo porque lo suyo es tocar un instrumento. Sucede lo mismo con el café. Darle todas estas herramientas a un aficionado no garantiza un buen café.
Mira las manos del barista que prepara tu café todas las mañanas, son ellas, con sus múltiples movimientos, las que posibilitan esa deliciosa bebida. Pero no solo son las manos. El conocimiento que se esconde en el cerebro de aquel gentil personaje que siempre te saluda desde atrás del mostrador, es lo verdaderamente importante. Él logra el equilibrio de todo. Poner a punto el molino, hacer la valoración de los granos de café, revisar la máquina, calibrar su temperatura, mantener la presión del agua, limpiar los filtros, mantener las tazas calientes, servir.
Si el barista falla, por ejemplo, en la elección de una buena materia prima, con esto me refiero a granos de café saludables, sin impurezas, correctamente seleccionados, con una tostión adecuada, bien empaquetado, tu café de entrada estará perdiendo. Si se equivoca en el grosor de la molienda, si utiliza mal la máquina, es el mismo resultado. El genio del barista consiste en poner en armonía todas sus herramientas y extraer las mejores cualidades que pueda tener un café.
Las dificultades más recurrentes se enmarcan en el desconocimiento por parte de algunos baristas de sus equipos de trabajo. Las nuevas tecnologías han ido automatizando las distintas máquinas. Estás vienen con programas prediseñados para hacer diversos tipos de café. Basta con oprimir un botón y esperar. Sin embargo, estos avances técnicos no son muy favorables, ya que estandarizan un perfil de taza. El barista, como un alquimista, experimenta con nuevas variables para hacer del café una bebida en constante evolución.
Por eso, cuando encuentres a un buen barista que piensa M4 a la hora de preparar el café, no dejes de frecuentarlo. Él posibilitará pequeños momentos de placer que te harán muy feliz. Y recuerda, si el café se demora en llegar, no es porque no quieran traértelo, sucede que el laboratorio tiene mucho que pensar y hacer para poder entregarte la mejor versión de una taza. Ahora sabes el secreto. Cuando te pregunten qué se requiere para una taza perfecta puedes responder, con plena seguridad: M4.
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